Huesos y Plumas

Cándido es un pobre infeliz que según su novia «folla menos que el Ken y es más soso que un capazo de habas». Cándido tontea todas las mañanas en el ascensor con su vecina, la inspectora de policía Malena García, antes de subirse a su taxi para recoger puntualmente, desde hace más de 10 años, a D. Aquilino Cardo, gerente de un gran centro comercial. Se podría decir, sin temor a equivocarnos, que la vida de Cándido es aburrida , pero todo eso va a cambiar. D. Aquilino le confiesa que ha comprado una nueva caja fuerte en la que guardar la recaudación de la noche de más ventas del año, la noche mágica : más de dos millones de euros, así que Cándido decide lo que te estás imaginando: que va a robar esa caja fuerte, para lo cual se asociará con dos compinches de alto nivel: «Pichagrande» Legba y «El Einstein», quinto dan de jiu-jitsu. Descargar

La irrefrenable fascinación de Claudio Abraxas por Arturo, antiguo marinero y actor porno retirado, conducirán a Claudio a una espiral de autodestrucción que solo puede terminar en un final horripilante. Seleccionado por el periodista y escritor de novela policíaca, Mariano Sánchez Soler, en su antología «El taller de los cuentos oscuros», publicada por editorial ECU. Descargar

Ganador de la XV edición del premio Pablo Rido, de la Tertulia de Ciencia Ficción de Madrid «Los mil dioses de Hatti» es un policíaco fantástico, una historia de venganza a través de las eras, de odios y enfrenamientos que se enquistan y resurgen una y otra vez, por toda la eternidad. Para García, un policía curtido y poco dado a las especulaciones, y para su jefa, la seca y distante jueza Soler, no será fácil asumir que se enfrentan a un caso que se sale de los parámetros cotidianos. Descargar

No hay nada como una buen mentira para descubrir la verdad, como muy bien sabe el genial Hércules Poirot. Aunque el género policíaco no ha sido uno de mis predilectos como lector, tengo en buena estima las novelas de Agatha Christie y este relato se puede ver, en cierto modo, como un homenaje a los requiebros, falsas pistas y cortinas de humo que conseguían que los asesinos acabaran por delatarse ante los ojos de Poirot. Descargar