Ponte en mi lugar

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Ganador del VIII Certamen de cuentos y relatos montañeros Cuentamontes 2015

Los años 50 del siglo XX vieron las primeras ascensiones a cumbres de más de 8000 metros. El Annapurna fue el primero, luego vendrían el Everest, el K2 y muchos otros. Las gigantescas montañas eran sometidas por no menos gigantescas expediciones que depositaban a sus pies toneladas y toneladas de material transportado por centenares de porteadores. Desde campos base que eran pequeñas ciudades, equipos formados por decenas de escaladores y de sherpas (porteadores de altura) equipaban la «escalera de campamentos» que permitía a una cordada privilegiada alcanzar la ansiada cumbre. En este panorama ciclópeo destaca la minúscula expedición austriaca al Cho Oyu de 1954: tres escaladores, cuatro sherpas y menos de una tonelada de equipamiento. Tan ajustados de material que para equipar los campamentos de altura tenían que desmontar el campo base. Su líder, Herbert Tichy, contaba con el sólido apoyo del sirdar (jefe de sherpas) Pasang Dawa Lama, con el que había establecido una sólida amistad en anteriores ascensiones por el Nepal. Pasang realizó una de las más singulares hazañas del himalayismo: en tres días ascendió desde el poblado de Lukla, a donde había ido a buscar provisiones, a menos de 3000 metros de altura, hasta la cumbre, a 8201 msnm. La única forma de entender lo que le movió a realizar semejante esfuerzo será «ponerte en su lugar».



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